En Colombia, hablar de crisis humanitaria parece haberse vuelto costumbre. Pero cuando la costumbre anestesia, la indignación desaparece y con ella, la voluntad de cambio. Hoy, mientras se celebran avances políticos y se promocionan discursos de paz, más de 695.000 colombianos viven atrapados entre el fuego cruzado, el desplazamiento y el abandono. Esa es la realidad que nos deja el más reciente Informe de Situación Humanitaria publicado por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) para los primeros dos meses de 2025.
Las cifras son aterradoras:
Decenas de comunidades indígenas y afro descendientes viviendo bajo amenaza permanente.
Pero detrás de estas cifras no solo hay números. Hay nombres, hay familias, hay vidas.
Mientras algunos celebran acuerdos y otros inician negociaciones, la guerra en los territorios continúa. Cambian los protagonistas, cambian las banderas, pero el dolor sigue siendo el mismo. Las disidencias, los grupos armados residuales, las bandas criminales y los nuevos actores de la violencia se disputan territorios a través del miedo, los confinamientos, el reclutamiento forzado y las minas antipersonales.
Y mientras tanto, la respuesta estatal no logra cubrir ni siquiera una parte de la urgencia.
El acceso humanitario es limitado.
El Estado, ausente en muchos rincones del país, sigue sin garantizar la protección integral de las poblaciones más vulnerables.
Una vez más, el peso de esta crisis recae sobre los hombros de los más históricamente olvidados: las comunidades indígenas, los pueblos afrocolombianos, las mujeres rurales, los niños campesinos.
El informe de OCHA no deja lugar a dudas: estas comunidades son las más afectadas, las más expuestas y las menos protegidas. Son quienes pierden sus tierras, quienes ven cerradas sus escuelas, quienes no pueden acceder a la salud, quienes son desplazados sin que nadie los escuche.
¿Qué clase de democracia puede existir donde miles de personas deben elegir entre morir en su casa o huir sin rumbo?
Lo más preocupante es que la emergencia humanitaria en Colombia parece haberse naturalizado. Las noticias sobre desplazamientos, confinamientos, secuestros y ataques armados apenas ocupan titulares fugaces como:
La tragedia colectiva se convirtió en paisaje.
Pero no podemos permitirnos esa indiferencia. Desde Corpovimadh, como organización comprometida con la defensa de la vida y la dignidad humana, lo decimos con claridad: cada persona desplazada, cada familia confinada, cada niño reclutado es una deuda social que el Estado y la sociedad no pueden seguir aplazando.
El actual gobierno ha apostado por la paz total, y esa es una ruta que saludamos y apoyamos. Pero la paz no se puede construir solo en las oficinas de negociación. La paz se construye también en las carreteras rurales, en las escuelas abiertas, en los hospitales seguros, en los territorios donde hoy la única autoridad real es la de los fusiles.
El país no puede seguir negociando mientras permite que miles vivan como si fueran ciudadanos de segunda categoría.
Desde Corpovimadh, hacemos un llamado urgente al Gobierno Nacional, a la comunidad internacional y a la sociedad civil:
Las comunidades no necesitan más promesas, necesitan que el Estado llegue. Pero no solo con operativos, sino con soluciones. Con escuelas, con hospitales, con empleo y con respeto.
La emergencia humanitaria no es una cifra más. No es una noticia pasajera. Es la realidad de miles de compatriotas que han sido condenados al olvido.
Colombia no puede seguir aceptando que exista un país visible y otro invisible. No puede resignarse a que haya territorios donde la vida valga menos, donde el miedo gobierne, donde los derechos humanos sean una ilusión.
Desde Corpovimadh, seguiremos denunciando, acompañando y exigiendo. Porque el dolor de otros debe importarnos. Porque la paz solo será real cuando ningún niño tenga que huir, cuando ninguna madre tenga que enterrar a su hijo, cuando ningún campesino tenga que abandonar su tierra.
La paz no puede esperar. La dignidad no puede esperar. La vida no puede esperar.
Autor:
Director del General Grupo Técnico y miembro de la Junta Directiva - CORPOVIMADH
Fecha de Publicación: 29 de mayo de 2025
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